sábado, septiembre 30, 2006

Miedos, sonrisas y escalofríos

Anoche me he sentido solo, muy solo. A veces el corazón juega esas malas pasadas y uno sin saber cómo ni por qué aparece en un estado de ánimo a miles de años luz de donde posaba los pies unas horas antes. Fue un mal rato. Escribí algo. Aquí, en el mismo lugar que ocupan estas letras, hubo otras que intentaron ser una mano tendida al vacío pero que se sentían como si fueran un SOS que se pierde en el espacio exterior antes de que nadie lo reciba. Sí, escribí algo. Después, muy entrada la madrugada, me acosté y tengo consciencia - pero ningún recuerdo claro - de haber pasado la noche dando vueltas peleando con las sábanas, sudando en un duermevela incómodo y sientiéndome extranjero dentro de mi propio cuerpo.

Quizá me desnudé demasiado brutalmente anoche, quizá me avergoncé hoy. Esta mañana temprano cuando me levanté vine directo a este rincón y borré todo vestigio de la noche. Son palabras que se llevó el tiempo para siempre, una nube de letras que la brisa dispersó y no dejaron rastro. Pero sé que no sólo ha sido un mal sueño porque lo que no ha terminado de desaparecer es el regusto amargo de la noche pasada, un algo indefinible que me inquieta y me hacer temer la que se aproxima.

Dicen que al miedo, cantar. Y pienso yo que a la inquitud, sonrisas. Busco alguna en el cajón para compartirla contigo y recuerdo un diálogo que he mantenido con mi hijo mayor docenas de veces desde el primer y brutal escalofrío maravilloso que me hizo sentir una noche. Parece increíble porque él sólo tenía tres años o cuatro recién cumplidos (ahora tiene cinco) pero es real, tan real como mis miedos. Yo me había tumbado a su lado en su cama para "vigilarle" (como él dice) mientras dormía. Estaba hecho un ovillo dándome la espalda de cara a la pared. Esos días en el colegio habían estado aprendiendo los números. Esta fue, más o menos textualmente, nuestra conversación:

- Papá, ¿cuál es el número más grande?
- No hay "el número más grande", Diego. Siempre hay un número más grande
- ¿Por qué?
- Así son los números. Si tú dices un número yo siempre puedo decir uno más grande
- ¿Por qué?
- Porque siempre hay uno más. ¿Tú hasta qué número sabes contar?
- (orgulloso) ¡Sé hasta el cien! (eso decía él, alguna decena se le quedaba por el camino, claro)
-
Pues mira, si tú dices el cien yo digo el ciento uno. Y ya es más grande.
- ¿Y si digo el ciento uno?
- Pues yo digo el ciento dos
- Papá
- Qué
- ¿Y si digo el mil?
- Pues yo digo el mil uno. Venga, Diego, duérmete
... (segundos de silencio) ...
- Papá
- ¡Qué!
- ¿Cuál es el número más grande que sabes?
(ésta es una pregunta recurrente de Diego y mi respuesta es invariable)

- El cuatro mil trillones
- ¿Hay el cuatro mil ... "eso"... uno? (lo pregunta girándose hacia mí)
- Claro
- ¡Pues yo digo ese!
(yo le beso)
- Anda, Diego, hay que dormir
(se gira de nuevo y me da la espalda, acurrucado; pasan unos segundos más)
- Papá
- ¡Qué! (impaciente, casi enfadándome)
-
¿Siempre hay un número más grande, siempre?
- Si Diego, siempre. Siempre existe un número más grande todavía.
Diego se gira, me mira y me dice tendiéndome sus bracitos al cuello:
- Papá, pues yo te quiero más que el diez y más que el cien y más que el mil. Papá: pues yo te quiero tanto... ¡que no existe el número!

(en ese momento recuerdo sentir que por cada poro de mi piel se me escapaba el alma empapada de ternura, como se escapa el agua por los poros de una esponja mojada)

¿Qué tienen las noches, algunas noches, qué veneno esconden para hacer sentir soledad y amargura a alguien a quien cuida un ángel así?

--
El mejor olor, el del pan; el mejor sabor, el de la sal; el mejor amor, el de los niños (Graham Greene)

technorati tags:, ,

jueves, septiembre 28, 2006

¡Vaya viaje!


"La vida no es un viaje hasta la tumba con la intención de llegar sano, salvo y bien conservado sino más bien de caer en ella con estrépito, completamente gastado, exprimido como un limón y exclamando en voz alta:
¡UAU, vaya VIAJE!"

(la imagen, que merece la pena contemplar a tamaño completo, es obra de Joseph - Jojomercury - y la idea de añadir el texto ahí es de Patty - ResDesOK -, artistas que conocí en Caedes y que han dado su permiso para reproducir aquí su obra; lamentablemente no encontré a nadie que pudiera poner en palabras castellanas ese pensamiento así que lo tuve que traducir yo como buenamente pude)

--
Hoy no va a volver, mañana no tardará en pasar. No esperes. No corras. Vive. Vive cada instante. Apura hasta la última gota. No se repetirá jamás. Y si has de ser feliz, has de serlo ahora: "ahora" es el único momento que existe.
technorati tags:, , ,

lunes, septiembre 25, 2006

A los amigos

Os quiero.
¿No lo visteis en mis ojos en los vuestros
cuando estuve solo y sin saberlo me acogisteis,
cuando estuve muerto y me ayudasteis a nacer?

Sí, os quiero.
Y necesito que lo sepa el mundo entero:
que soy vuestro, os pertenezco;
que mi alma vaga triste si estáis lejos,
que mis ojos lloran sangre si no os ven.

Y vosotros lo olvidáis.

No dudéis que estoy ahí, que no sabéis
lo que os quiere vuestro amigo;
que ya nunca estaréis solos
porque os quiero.
Y porque os llevo
- para siempre -
en lo más profundo de mi ser.


--
Gracias, amigos
technorati tags:,

domingo, septiembre 24, 2006

El sol

(escuchando Night Train de Amos Lee)

Hoy me he levantado alegre y el sol brilla alegre también y sus rayos de alegría caen alegres sobre mí. Y siento la sonrisa alegre de los ángeles del cielo y la sonrisa de los ángeles de la tierra. Y mi sonrisa alegre en mi boca. El aire se mueve despacio, fresco, entrando alegre por mi ventana mientras escribo esto. Siento cerca a los que me queréis, haga minutos o años que no os veo, siento cerca a quienes no me conocéis, siento paz y siento ganas de sacar esta alegría fuera de mi corazón y lo único que no me alegra ahora es la incapacidad de llevar con mis manos un puñado de esta alegría tranquila a quien no la tiene hoy.

A vosotros, los que me veis y los que no, los que sonreís con mi sonrisa, dedico esta alegría y esta paz. Porque vosotros la haceis crecer en mí. Cogedla, atrapadla en vuestros corazones y así cuando se me escape, cuando huya de mí, podréis volver a sembrarla en el mío como siempre haceis.

Abrazos alegres.

(la preciosa fotografía es obra de d0dg3 y he tenido la suerte de encontrarla en morguefile
hoy que estoy alegre; a ambos las gracias y, por ser hoy, una sonrisa)

--
La mitad de la alegría reside en hablar de ella (dicen que es un proverbio persa, supongo que porque queda mejor eso que decir que es chino, como todos ;-) )

technorati tags:, ,

sábado, septiembre 23, 2006

Palabras de cinco letras

(escuchando I'm Sorry, de John Denver)

Adiós tiene cinco letras, aunque las últimas apenas se oyen al alejarse...

Adiós. Deseo. Ígneo. Ocaso. Sueño.

Y son palabras de cinco letras también fuego, rozar, cielo, sonar, vivir, gozar, dolor. Cinco letras tienen celos, risas, llorar, aroma, besos. Y vacío y hueco, aunque éstas parecen no tener ninguna. Cinco letras en abril, nieve, ángel, playa y noches, las mías.

Y libro y poema y disco son los más cortos, sólo con cinco letras.

Lágrima tiene también cinco letras, pero está llorando y por eso hay dos de más.

--
It's cold here in the city
It always seems that way
And I've been thinking about you almost everyday
Thinking about the good times
Thinking about the rain
Thinking about how bad it feels alone again

I'm sorry for the way things are in china
I'm sorry things ain't what they used to be
But more than anything else
I'm sorry for myself
'cause youre not here with me

(de I'm Sorry, John Denver. Hoy no hay traducción. ¿A quién coño le importa lo que pueda decir?)

(añadido unas horas después: sí que hay a quien le importa, lo sé; perdón por dejarme llevar por la rabia a veces, he sido un ingrato.)

technorati tags:

viernes, septiembre 22, 2006

Acantilados, teléfonos, estrellas, ángeles

Hay mejores fotografías, mejores fotógrafos, composiciones mejor compuestas y horizontes más horizontales. Pero no hay otro mar como mi mar, el mar en el que descansas ahora, el Cantábrico.

Al borde de otro acantilado parecido a éste estuvimos hablando hace poco más de dos años y de quince kilómetros, antes de que te fueras, y desde entonces cada uno me recuerda más a ti y me hace más presente que no estás.

¿Lo recuerdas? Yo había salido de trabajar. Era viernes, como hoy, a esa hora mágica entre la tarde y la noche. De hecho, tú estabas en Barcelona, en casa - te habían dado permiso para escaparte del hospital creo que por ese fin de semana - y allí ya había anochecido. Yo, al borde de un acantilado en Cuchía, sobre la playa de los caballos, te contaba cómo la luna jugaba con la primera estrella que había aparecido sobre un cielo violeta aún atardeciendo, cómo iba persiguiéndola sobre un mar cada vez menos azul y cada vez más negro. Me había quedado solo y quise compartir contigo aquella maravilla que a ti no te dejaban contemplar. Cómo reímos y cómo nos emocionamos sabiendo que quizá no lo podrías volver a ver, pero sin mencionarlo. ¿Lo recuerdas? Nunca agradeceré a Dios bastante que nos regalara esa conversación. Cuántas cosas nos dijimos, con urgencia; con esperanza; como si pudiera ser la última vez. Lo fue.

Mierda. Ahora, mientras escribo esto, las lágrimas asoman a mis ojos y corren por mi cara recordándote - cuando estoy harto de decir que ya no lloro por ti, que ya no lloro tu ausencia, que sólo eres risas y sonrisas para mí; que sé que ahora es contigo con quien juegan la luna y los ángeles cuando se asoman. ¡No sabes cómo te echo de menos! Y sí, sonrío. ¡Pero te extraño tanto!. Y tú mientras te ríes desde el cielo, estoy seguro, y sigues recordándole a Carlos al oído que cuide de mí, que yo no soy tan fuerte. Joder, ¡haberte quedado tú!

Da igual. Te siento a la vez tan cerca. Y cada acantilado me lleva a ti. Y cada risa sincera y cada gesto resuelto. Cada mirada cómplice y cada amigo común. Tenías que ser tú. Fuiste tú siempre la que nos unió a todos, tú la que nos mantuvo juntos y eres tú la que hace que pase el tiempo y cada vez nos necesitemos más. Pasado mañana hará ya dos años que te escondiste y estoy seguro de que nos buscaremos y que nos querremos sentir cerca unos de otros. Como sea. Y será para sentirte a ti entre nosotros.

¡Tengo tantas cosas que contarte, Ana! Y sigo llorando y tengo que hacer pausas al escribir para ver las letras: porque ahora no puedo, porque quizá no debo. Son tantas cosas tan nuestras, tantas tan tuyas... Esperaré. Y espérame tú tambien allá donde estés porque iré. Y del abrazo que te voy a dar, mi vida, esta vez no te podrás escapar. ¡Cómo te extraño!. Eso no lo sabe nadie.




(Ana Rosa Recio Calzada falleció el 24 de septiembre de 2004, día de la Merced, en Barcelona después de dos años enferma, mostrándonos a todos los que la queríamos y a los que hasta entonces no la conocían cómo se lucha contra una enfermedad horrible y dolorosa con valor, con una sonrisa cuando el dolor no lo hacía humanamente imposible y siendo luz de esperanza para los que estábamos sanos y la queríamos. Era una mujer auténticamente increíble, excepcional, supongo que por eso Dios debió querer llevársela a su lado tan pronto. Me considero enormemente privilegiado por haberla conocido y haber merecido un trocito de su corazón como amigo suyo que fui, que soy. Y quiero ahora pedir perdón a todos los que la quieren, a su marido y amigo mío, a su hijo, padres, hermanos, familiares y demás amigos con los que la comparto y a los que tan unido estoy si algo de lo que hay aquí escrito les hiere o les hace sentir mal. Lo hago porque no la olvido, porque sigo recordándola y queriéndola - siempre lo haré - y quizá porque necesito seguir llorándola y sacar esta pena de dentro de mí. Y con todo el cariño del que mi corazón es capaz. Ella lo sabe. Creo que vosotros también)

--
Sólo los buenos mueren jóvenes (William Shakespeare)

miércoles, septiembre 20, 2006

El corazón


¡Los griegos tenían razón: EL CORAZÓN es lo que importa! No intentes convencerme de que todo eso está sólo en mi mente, porque pensar demasiado lo único que me produce es dolor de cabeza (una molestia relativamente sin importancia) y yo SÉ dónde me duele cuando se incumplen las promesas y los sueños mueren. Y conozco el nudo que se te hace en la garganta cuando tu primer hijo comienza a caminar o a contestar a tus palabras por primera vez. ¡Eso es tu corazón, imbécil!. Diez tallas demasiado grande, aporreando tu pecho y gritando "¡DÉJAME SALIR DE ESTA CAJA Y VERÁS CÓMO TE JODO BIEN!". Y a veces lo haces y otras veces no, y algunas veces tu mierda de cabeza débil e irresoluta te embaucará de nuevo y te dirá "Yo estoy al mando de ese cabrón" pero si liberas a la BESTIA de su encierro y te escondes podrás ver cómo el gallito de tu cerebro sale huyendo por patas. Pero el corazón es un animal bruto, músculo y sangre, un pitbull con una misión y resiste firme como un buen soldado; bueno hasta la última gota de sangre.

(S.E., mayo del 97)


(ambos diseños y dibujos - el primero mutilado por mi impericia con el escáner - son obra de Tony Fitzpatrick y aparecen como hoja interior y portada del disco de Steve Earle "El Corazón", publicado por South Nashville Music/Warner Bros. Music Corp. en 1997; el texto original es del propio Steve y la traducción es culpa mía)

Cuanto menos duermo más aúlla esa bestia y menos oigo a mi cabeza. Me voy a la cama. Adiós.

--
Lanza primero tu corazón y tu caballo saltará el obstáculo. Muchos desfallecen ante el obstáculo. Son los que no han lanzado primero el corazón. (Noel Clarasó)

technorati tags:,

lunes, septiembre 18, 2006

La tumba del inglés


Una tarde, un buen amigo, un mar de todos los verdes y azules, el viento en mi cara, una mierda de cámara para capturarlo y palabras más pobres y secas que una piedra para contarlo. ¿Por qué, joder, por qué no viniste y lo viste conmigo?

--
El mar, siempre el mar
technorati tags:, ,

"Conozco a muchas gentes a quienes no conozco"

¿Será verdad que cuando toca el sueño
con sus dedos de rosa nuestros ojos,
de la cárcel que habita huye el espíritu
en vuelo presuroso?

¿Será verdad que, huésped de las nieblas,
de la brisa nocturna al tenue soplo,
alado sube a la región vacía
a encontrarse con otros?

¿Y allí desnudo de la humana forma,
allí los lazos terrenales rotos,
breves horas habita de la idea
el mundo silencioso?

¿Y ríe y llora y aborrece y ama
y guarda un rastro del dolor y el gozo,
semejante al que deja cuando cruza
el cielo un meteoro?

Yo no sé si ese mundo de visiones
vive fuera o va dentro de nosotros:
lo que sé es que conozco a muchas gentes
a quienes no conozco.


(Gustavo Adolfo Bécquer, rima LXXV/23)

Al menos alguien tuvo el don para contar cómo es esa sensación.

--
Nuevos amigos, nuevos dolores (Wolfgang Amadeus Mozart)

technorati tags:,

sábado, septiembre 16, 2006

La aurora austral desde el espacio

Via meneame me encuentro un link a una página de la NASA en la que se puede observar una foto y un vídeo (aquí en baja resolución, aquí en alta) de la aurora austral vista desde el espacio.

Debe ser sobrecogedor ser testigo de esta maravilla en directo desde el suelo, desde nuestro planeta.

Canta el vaquero de Garth Brooks en Night Rider's Lament cuando le llega la carta del amigo lejano preguntándole y preguntándose qué le retiene allí aún, perdiéndose a caballo lo que los demás entienden como "la vida": "ah, but they've never seen the Northern Lights, they've never seen a hawk on a wing..." (quizá, pero ellos nunca han visto la aurora boreal, nunca han visto un halcón volando...).

Ésta no es la aurora boreal, es la austral, pero si me acompañas en el viaje merecerá la pena igualmente.

--
¿Qué es lo que llamamos Naturaleza sino un poema oculto bajo una escritura misteriosa? (Schelling)

viernes, septiembre 15, 2006

"A mí me gustan las piedras rosas"

Es un atardecer soleado de domingo de septiembre en las afueras de una ciudad castellana cualquiera. El verano se termina. Sentadas en el puente del castillo de los columpios clasificando piedras hacen una estampa curiosa Lucía y su madre. Lucía es una niña preciosa de cuatro años quizá, pelo pajizo y cara redonda que te mira desde la superficie del lago azul de sus ojos con una sonrisa, aunque no te conozca. Su madre juega con ella, ajena al mundo lejano de la ciudad cercana sin dar la impresión de estar perdiéndose nada, o quizá plenamente consciente de que es ahí donde transcurre la vida, lo esencial: en ese rincón abandonado para su niña y para ella. No hay nadie aparte de nosotros cuatro - que acabamos de llegar - y ellas dos.

Yo tengo en las manos una pieza de cuarzo rosado limpio y brillante que acabo de recoger del suelo. Se lo tiendo a mi hija Ana que lo mira curiosa y se va corriendo sin él. Lucía me ha oído y se me acerca mirándome a los ojos desde ahí abajo. "A mí me gustan las piedras rosas" dice. Se lo ofrezco con la mano y una mirada y ella lo acepta con la naturalidad con que sólo los niños pequeños saben aceptar los regalos. Seguido, se va tras Anita a jugar. Ya no soltará la piedra.

Su madre se baja del castillo de madera. Es muy delgada y guapa y se queda mirando a los niños divertirse sentada en un columpio de muelle, balanceándose ligeramente, acunándose. Tiene la mirada ausente, los ojos tristes pero resueltos de quienes la vida enseñó a amar, a perder, a esperar, a sobrevivir. Viste sencillo, ningún anillo, ningún adorno a la vista. Ni falta que hace.

La tarde transcurre lenta y agradable aunque hay algo triste en el aire, con la música de las risas de los niños de fondo y las sensaciones, recuerdos y ensoñaciones de los mayores. Al cabo, Lucía se acerca a su mamá y le dice que se tienen que ir. No sin mostrarle una vez más la piedra y decir "éste es mi regalo, míralo". Su madre la mira muerta de cariño y le contesta con cara de asombro "¿de verdad?". Sólo las madres pueden transmitir tanto con tan poco. Sólo a veces. Le acaricia la cara y comienzan a caminar derechas hacia el sol que atardece sobre sus cabezas, haciéndose pequeñas a medida que se alejan hacia aún más afuera de la ciudad. La voz de Lucía también se va apagando en la distancia contándole a su madre sus secretos y tesoros e ilusiones, sus juegos con Anita - a la que no volverá a ver aunque no lo sabe-, su inconsciente y feliz final del verano de sus cuatro años.

Más tarde, sentado en un bar frente a una cerveza negra, alzo la mirada y veo una pareja de cigüeñas emprender el vuelo, graves, hacia el este. Me pregunto qué horizontes estarán viendo sus ojos, qué límites encontrarán sus vuelos, adónde las llevarán.

--
La más preciosa piedra rosa es el sonido de tu risa, Lucía. Gracias por ella. Esa guárdala siempre.

technorati tags:,

jueves, septiembre 07, 2006

Volveré

(actualizado viernes 8: definitivamente volveremos el jueves 14 y nos vamos - ya salimos - a Salamanca)

Me voy de vacaciones con mi familia unos días. No podré - al menos, no deberé siquiera intentarlo - escribir en ese tiempo. Y no estoy pidiendo disculpas (que, Caviladora, como me has enseñado, no tengo por qué) sino simplemente expresando que voy a echar de menos esto y que espero que todo siga igual a la vuelta. Todo menos yo, quizá. Dicen que eso son los viajes, transformaciones.

Creo que volvemos a casa el miércoles aunque ya no es seguro. No sabemos dónde vamos, ni cuánto tiempo exactamente porque ¿qué clase de vacaciones son esas en las que todo está programado? Bueno, por eso y porque - como siempre - lo he dejado todo para el último momento y ahora no hay hueco donde queríamos ir. Pero todo tiene su lado positivo y así será más emocionante. Será como la semana larga que pasé en Escocia con mi hermana y con un coche alquilado sin planes, sin saber si quedaba dinero y sin preocuparse por ello (Pele, ¿tu crees que nos dejarán volver algún día...?¿y crees que será lo mismo?).

Volveré.


--
Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir (Robert Louis Stevenson)

technorati tags:,

Evocación

UN VIENTO fresco y joven, liberado
apenas, se dialata por la huerta.
El seto, entre su verde despejado,
templa la luz, indócil se despierta.


Suelta de nubes. Por el encrespado
azul pájaros cruzan en alerta
fugaz. Cantan las hojas. En el prado
la sombra de las ramas ya es incierta.

Va a comenzar. Ahora es cada mata
un manojo de savias incesantes
que los silvestres aires busca y bebe.

¡Pronto, corred! El cielo se desata.
Y un rumor va creciendo por instantes,
húmedo, a lilas golpeadas: llueve.

(Jaime Gil de Biedma)

Acaba de caer la primera lluvia fresca del fin de verano mientras termino de transcribir estas líneas. ¡Qué capacidad de evocar sensaciones, sonidos, olores, tienen las palabras en boca de quienes las saben manejar! ¡Y cómo las palabras a su vez se meten y viven escondidas en nosotros y se asoman cuando menos lo esperamos! Oí las gotas caer a lo lejos, acercándose; percibí el olor dulce de la tierra mojada y estos versos dormidos en la memoria despertaron.

(la foto de la lluvia cayendo sobre el bosque está tomada por taliesin y la he obtenido en morguefile.com, aquí; muchas gracias a ambos)


--
Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas. (Miguel de Cervantes)
technorati tags:, ,

miércoles, septiembre 06, 2006

Batiburrillo

(escuchando "Listen to the Lion", de Van Morrison)

Esta tarde me ha atropellado un torbellino de sensaciones y sentimientos y quise un papel para domarlos. Varias veces. No lo tuve. Después vino Bruce a charlar un rato a mi sala de estar - Vh Storytellers, no hay palabras, te lo presentaré - y reí y me conmovió y me puso los pelos de punta y... y no encontré un papel.


Ya anochecido, con mi luna asomada a la ventana, curiosa como siempre, oí algo. Era una avalancha. De emociones. Me giré y estaba encima. Se me llevó por delante. ¿Papel? No.

Ahora he encontrado este papel de luz y teclas. Ahora sí, puedo dejarlo salir. Y quiero hacerlo. Pero ahora todo está en calma. Oigo un vago rumor de fondo, como el de una cascada de la que uno se aleja, como el de un tractor que se pierde por el campo. Pero todo pasó, se escondió.

El corazón se está durmiendo. Quizá debería dormir yo también.

--
A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que son una dieta equilibrada (Winston Churchill)

technorati tags:,

domingo, septiembre 03, 2006

La Arnía

(escuchando el disco "In the Heart of the Moon" de Ali Farka Toure y Toumani Diabate)

La Arnía, a pesar de su cercanía a Santander, es una playa salvaje. Son apenas ciento cincuenta metros de arena blanca y fina entre paredes de roca: un acantilado la cierra por un lado, por el otro un muro rocoso de quince o veinte metros de altura que el mar con su infinita paciencia ha ido tallando caprichosamente.


En la Arnía el mar embiste, rabioso por encontrar límites a su vasta inmensidad. Ruge acometiendo la roca. Brama. Y se lamenta. En invierno he visto en la Arnía noches de tempestad, olas furiosas - mar lanzado - abalanzarse y saltar por encima de esas paredes descomunales, la lucha sin fin entre las fuerzas de la naturaleza, entre el azul y el negro, entre la vida y la muerte.

La Arnía mira a mar abierto, al viento del nordeste, que siempre sopla fresco allí. Justo frente a la playa hay un islote escupido del fondo del mar, una falla en la placa tectónica que exhibe sus cicatrices sin vergüenza asomada al cielo azul. Desde la cercana playa de Covachos se puede acceder al islote andando cuando la marea está muy baja. A estas alturas del verano - que ya agoniza como un pez en la cesta del pescador respirando un aire abrasador y hostil -, en septiembre, ya es fácil encontrarse tranquilo allí: no es una playa cómoda para ir (por el desnivel que hay que salvar a pie) ni, a veces, para estar (por el nordeste). A pesar de su belleza salvaje.

Allí me he perdido hoy. He ido solo. Sin nadie salvo mis fantasmas. Sin reloj, sin teléfono. Con la llave del coche, un libro y una toalla. Y mi cita con el mar.

He nadado mar adentro luchando contra las olas de más de un metro con que el mar castigaba la playa. Me he dejado ir hacia el océano, he flotado donde esas olas rabiosas aún son sólo vaivenes en el mar. Me hundí después, sumergiéndome en vertical, buscando herir el fondo de arena con mi pecho y subiendo desesperadamente cuando sentía que ya la cabeza me iba a estallar. O los pulmones. Qué lejos está la luz del sol cuando no hay aire, qué distante el aire donde no hay más que silencio y quietud.

He vuelto a la orilla nadando con urgencia, braceando como si la vida me fuera en ello, huyendo quizá de lo que había dejado en el fondo del mar, de mi mar. Y en la orilla el agua estaba turbia por la arena que las olas batían con saña. Al entrar no lo había notado, algo en mis ojos no me había dejado.

Pero he de volver. Volveré a recoger lo que allí posé, en el fondo frío y tranquilo. El mar, mi mar, me lo cuidará. No temeré.

Y tú, que acaso leas esto, tampoco has de temer.

(desconozco el autor de la fotografía de arriba, la encontré en una página que no lo indicaba. Lo investigaré
. Y sí, es el islote frente a la Arnía)

--
Todo se cura con agua salada: con sudor, con lágrimas o con el mar (Isak Dinesen)

technorati tags:, ,

Estados de ánimo

A veces parece que todo es absurdo, que la vida gira en torno a un lugar vacío, un hueco en el que solía haber algo que ha desaparecido de repente, sin avisar, sin dejar rastros.

Es vano buscar, no aparecerá. Y da igual intentar escapar porque el vacío está dentro de ti mismo, en tu corazón, lo llevas allá donde vas y no hay posibilidad de ignorarlo. Y ese vacío te roba las sonrisas, las ilusiones, la vida misma. Y es vano llorar porque ese vacío no lo pueden llenar las lágrimas. Y es imposible dormir y así momentáneamente olvidar, porque ese hueco ejerce sobre ti una fuerza que te atrae irremisiblemente y te asoma a un abismo de vacío y vértigo infinito. Te despierta y te abre los ojos, te dice: "¡Mira!". Sólo puedes desear esfumarte en el aire, desaparecer y dejar de sentir que caes y caes y caes sin fin.

¡Que amarga sensación echar de menos lo que jamás has tenido, la nostalgia de lo que nunca sucedió!

Me voy a la playa, solo. A perderme allí.

--

Estoy lejos de ti, con el castigo
de verte renacer a cada instante.
Pues siento que entre más y más distante
estás, con mas amor vives conmigo.

Aún viviendo sin ti vivo contigo.
Te llevo como lágrima constante.
y si pretendo huir de tu agobiante
recuerdo, sin quererlo lo persigo.

lnútil ya lo sé que es todo intento
y aunque sienta la forma como siento
que vives reviviendo lo vivido.

Sé que al perderte a ti todo lo pierdo.
Si trato de olvidarme del recuerdo
comienzo a recordarme del olvido.

("Poema de la ausencia", David Moya Posas)

technorati tags:, , , ,

viernes, septiembre 01, 2006

Lucero en mi noche

Lucero en mi noche, fuego en mi frío,
viento en mis velas, mi fuerza, mi agua, mi cielo azul,
mi sueño imposible por el que suspiro;
mi aliento y mi llanto,
mi vida y mi cruz:
tú.

Yo, siempre corriendo tras una quimera
soñando despierto con un nuevo sol,
oyendo aquí dentro cómo se acerca
me sigue y me dice una voz que es tu voz:

"Soy el aire que respiras cada día,
el genio que mueve e inspira tu razón;
el camino que caminas,
rumbo y norte de tu vida,
alma de tu alma,
tu corazón:
yo"
(son más letras mías)

--
Hoy no tengo fuerzas para poner nada
technorati tags:,