jueves, noviembre 08, 2007

En noches como hoy

(escuchando Long Line Of Pain, la larga línea del dolor de Amos Lee, The Bridge de Elliott Brood, escuchando a Joan Armatrading sollozando 'Baby I', a Elliott Murphy flotando por Angel Dream nº2 de Petty, y oyendo después cómo John Mellencamp le canta otra vez a Jackie Brown, cómo Satan & Adam maldicen los blues entredientes y armónicas afiladas, Dwight Yoakam doma los 'Suspicious Minds' de Elvis, Ocean Colour Scene y más y más sin parar y, sobre todo, un ruido sordo, 'in crescendo' hasta hacerse un estruendo, procedente de mi corazón. Demasiada música, probablemente)

En noches como hoy se siente demasiado, todo se desborda en el corazón. En noches como hoy todo alcanza proporciones gigantescas, todo es desmesurado y me arrastra... lejos.


En noches como hoy solo siento rabia porque no soy capaz, nunca lo seré, de expresar el tornado que me arrasa, la marea de sensaciones que me inunda y me ahoga, la mezcla de tristeza y deseperación que me anega y la explosión de vida y amargura y rebelión que sacude mi ser desde lo más hondo.

Hoy - y en noches como la de hoy - me mueve algo tan profundo, tan intenso, que desearía ser transparente para que alguien pudiera verlo, sentirlo en el tuétano de sus huesos y así poder entenderlo. Hoy compruebo lo vacuo, lo vacío de las palabras, su incapacidad de expresar la vida, lo que fluye dentro de mí, lo que me agita, lo que me aniquila, lo que me levanta en el aire y me arroja contra la sombra de mi alma. Hoy, en esta noche (y en otras como ésta), observo desmenuzarse en mis manos el verbo que creía sólido. Esta noche me veo incapaz de acercarme a nadie, me sé remoto, más allá: inalcanzable.

Esta noche, esta única noche de mi vida - porque hoy todo es fugaz, tan denso a la vez y tan horrible - querría haberme muerto, no haber nacido quizá. En esta negra noche de colores me arrepiento del mal que hice... y también de lo bueno que pude sembrar en el camino. Esta es la noche del semen y la sangre derramada, la noche de llorar, de temblar, la noche a flor de piel. Hoy - ¡ahora! - lamento haber herido, lamento haber amado, reniego de haber dejado que nadie se acercara. En esta noche del corazón cambiaría lo que reste de mis días por borrar el rastro del cariño de los que me quisieron, por desaparecer de su memoria, por el ovido eterno. En esta sagrada noche de mi amargura soy consciente de mí mismo y me sé un arma del diablo, una rosa de espinas retorcidas, una piedra reluciente en el suelo, esperando que alguien la recoja, con los vértices - bien afilados - envenenados.

Ésta es la noche. Quiero estar solo. Y escribo porque quiero reventar. Y odio no ser capaz. Me odio.

Sí, ésta es la noche. Ojalá supiera exprimir lo noble que pudiera quedar en mí y dejarlo aquí, ojalá quedara algún rastro de esto que siento - ni que fueran cenizas - que sirviera para algo, para alguien. Quizá por eso escribo.

Me siento ya incapaz de nada. Ya no tengo fe en el yo que conocía, ya sé lo que valgo. ¡Y siento tanto! ¡Y vale tan poco...!

Esta es la jodida noche de las noches. Hoy, no otra noche, ¡hoy! recógeme y llévame donde jamás pueda volver a verme, a recordarme, nadie. De una vez por todas. Y deja aquí los despojos de esto gigante que llevo dentro, déjalos para quienes me quisieron más de lo que nunca podría merecer. Llévame y bórrame ¡esta noche!

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And tonight I'm feeling lost
and headin' down the highway out to Boston
I get the sense I might lose it
I thank God tonight for the light I got in music

'Cause my heart lives in this song
Where the melody comes
And just as quickly, the melody is gone
I'm back alone, far from home

(Amos Lee, Long Line Of Pain)

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lunes, septiembre 24, 2007

Ne me quitte pas

La siento como un roce del aire que ella mueve al pasar cerca. Riendo.

De veras.

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Nunca es largo el camino que conduce a casa de un amigo (Juvenal)


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martes, septiembre 18, 2007

Y pienso

Pienso en la vergüenza, en las explicaciones, pienso en todos aquellos quienes me gustaría que no conocieran este rincón pero dieron con él, pienso en quienes perdí por esconderme, por no sentirme mirado. Pienso demasiado, porque no he dejado de sentir pero tuve que guardarlo. Y pienso que no pensaré tanto, que quien no quiera leer que no lea, que todo me da igual. Pienso en fin que siento demasiado demasiadas veces y pienso que no quiero tragármelo siempre. Y quiero.



Este gorila estaba así cuando lo ví en el zoo de Santillana allá por marzo a través de mi cámara y me recuerda mucho a mí mismo ahora. Demasiado tiempo sentado mirando alrededor, pensando en qué verán los demás. ¿Pues qué coño van a ver? Un gorila sentado en su palo, en su pequeño y ridículo mundo, preguntándose cuánto les importa a los demás algo que realmente no les importa nada. Ya lloraré después, cuando me caiga de mi cómodo y seguro pero pequeño y ridículo poste . Allá voy. Os echo de menos, y echo de menos algo de mí.

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Hay que hacer algo, pero no pensar en hacer algo (Francis Picabia)

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sábado, febrero 24, 2007

Miedo

Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras.
Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente.
Que tú me entendieras a mí sin palabras
como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde.

Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte,
Hace ya mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes.
Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible,
la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes.

Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte.
Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve.
Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma,
yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese.
Criatura también de alegría quisiera que fueras,
criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte.

Si ahora yo te dijera que había que andar por ciudades perdidas
y llorar en sus calles oscuras sintiéndose débil,
y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros,
y sentirte hecho de aire y de nube y de hierba muy verde...

Si ahora yo te dijera
que es tu vida esa roca en que rompe la ola,
la flor misma que vibra y se llena de azul bajo el claro nordeste,
aquel hombre que va por el campo nocturno llevando una antorcha,
aquel niño que azota la mar con su mano inocente...

Si yo te dijera estas cosas, amigo,
¿qué fuego pondría en mi boca, qué hierro candente,
qué olores, colores, sabores, contactos, sonidos?
Y ¿cómo saber si me entiendes?
¿Cómo entrar en tu alma rompiendo sus hielos?
¿Cómo hacerte sentir para siempre vencida la muerte?
¿Cómo ahondar en tu invierno, llevar a tu noche la luna,
poner en tu oscura tristeza la lumbre celeste?

Sin palabras, amigo; tenía que ser sin palabras como tú me entendieses.

(Respuesta, José Hierro)


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De lo que tengo miedo es de tu miedo (William Shakespeare)
De lo que tengo miedo... es de mi miedo

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