jueves, septiembre 07, 2006

Evocación

UN VIENTO fresco y joven, liberado
apenas, se dialata por la huerta.
El seto, entre su verde despejado,
templa la luz, indócil se despierta.


Suelta de nubes. Por el encrespado
azul pájaros cruzan en alerta
fugaz. Cantan las hojas. En el prado
la sombra de las ramas ya es incierta.

Va a comenzar. Ahora es cada mata
un manojo de savias incesantes
que los silvestres aires busca y bebe.

¡Pronto, corred! El cielo se desata.
Y un rumor va creciendo por instantes,
húmedo, a lilas golpeadas: llueve.

(Jaime Gil de Biedma)

Acaba de caer la primera lluvia fresca del fin de verano mientras termino de transcribir estas líneas. ¡Qué capacidad de evocar sensaciones, sonidos, olores, tienen las palabras en boca de quienes las saben manejar! ¡Y cómo las palabras a su vez se meten y viven escondidas en nosotros y se asoman cuando menos lo esperamos! Oí las gotas caer a lo lejos, acercándose; percibí el olor dulce de la tierra mojada y estos versos dormidos en la memoria despertaron.

(la foto de la lluvia cayendo sobre el bosque está tomada por taliesin y la he obtenido en morguefile.com, aquí; muchas gracias a ambos)


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Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas. (Miguel de Cervantes)
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola McObo,
vengo a devolverte ese abrazo que me dejaste anoche.
Te lo ruego, nunca más te consideres un pesado cuando te pasas por mi "casa" (a esta distancia no tengo nada más hogareño que ofrecerte).
Y, por favor, no te sientes mal por las cosas que escribo, ya que precisamente las escribo para sentirme mejor. Liberarme de eso que llevo dentro y no tengo a quien contar.

Cuando vivía en España me encantaban los cambios de la estaciones, aunque desde siempre me ha costado despedir el verano. Pero los primeros días frescos, lluviosos de otoño los celebré con un buen libro, una manta y un par de calcetines ;-) apagando toda la música y la televisión para escuchar las historias que cuenta la lluvia.
Aquí en Alemania ni si quiera se puede disfrutar de eso como díos manda: En Julio casi 40 grados, en agosto estuvimos con la calefacción puesta y hoy volvemos a tener 30 ºC ...
Besiños,
Caviladora